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En Nido del Hogar tenemos algo claro: lo que realmente marca la diferencia en un cojín no se ve a simple vista. El auténtico confort, el que notas al apoyar la cabeza o al acomodarte en el sofá, empieza en su interior. Por eso hemos reunido una selección de relleno de cojín de alta calidad, pensada para ofrecerte esa mezcla justa entre suavidad, resistencia y una buena presencia.
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Es curioso cómo muchas veces los detalles que más influyen en la comodidad de nuestro hogar pasan completamente desapercibidos. El relleno de cojín es uno de ellos. Nos fijamos en la funda, en los colores, en si combina o no con el sofá… pero lo que realmente hace que un cojín sea cómodo o no, está dentro.
En la mayoría de hogares, el relleno más común es el de fibra hueca siliconada, ya que tiene una excelente relación calidad-precio y se adapta bien a la mayoría de fundas. Especialmente populares son los tamaños estándar como 40×40 o 45×45, que encajan fácilmente en cualquier rincón.
La variedad es amplia, y eso es una buena noticia. Significa que puedes elegir el relleno de cojín que realmente encaje contigo: con tu forma de descansar, de decorar, de vivir.
Entre los más habituales encontramos:
Fibra hueca siliconada: ligera, mullida y con buena capacidad de recuperación. Ideal para uso diario y fácil de lavar.
Microfibra o fibra natural: tacto suave, mayor transpirabilidad y recomendada para pieles sensibles.
Plumas o plumón: muy confortables, aunque requieren más cuidado y no siempre son aptos para alérgicos.
Viscoelástica: perfecta para cojines cervicales o de descanso más técnico, ya que se adapta al cuerpo.
Relleno ecológico: elaborado con materiales reciclados o sostenibles, sin renunciar al confort ni a la durabilidad.
Cada tipo tiene su función. Lo importante es tener claro para qué lo vas a usar y qué sensación estás buscando: ¿algo firme o más esponjoso?, ¿fácil de lavar o más sofisticado?
Depende. No hay un relleno universal que sirva para todo, pero sí hay opciones que funcionan mejor en determinados espacios.
Para el sofá, lo ideal es un relleno que mantenga la forma con el uso continuado. La fibra de poliéster es una gran opción: es resistente, recupera bien su volumen y requiere poco mantenimiento. Si además quieres un plus de firmeza, puedes optar por versiones con mayor densidad o combinaciones con copos de viscoelástica.
En la cama, en cambio, muchos prefieren algo más mullido y suave, como las microfibras o el plumón sintético. El objetivo aquí no es tanto el soporte, sino la sensación de relax. Y si usas cojines cervicales o de apoyo, lo más recomendable es un relleno ergonómico que se adapte a la forma del cuello o de la espalda.
Otro factor clave: la facilidad de limpieza. Si el cojín va a estar en contacto diario con la piel o se usa en ambientes con polvo o humedad, conviene elegir un relleno lavable, hipoalergénico y transpirable.